En nuestro entendimiento, el estrés es el estado psico-orgánico producido por la diferencia entre el potencial del individuo y el desafío que necesita enfrentar. El estrés es la consecuencia del esfuerzo psicofísico para encarar el obstáculo. Para administrar el estrés, tratamos de aumentar la energía del practicante, para que su potencial suba y pueda enfrentar el desafío de arriba hacia abajo.
El estrés en sí no es algo malo. Sin él, el ser humano quedaría vulnerable y no conseguiría luchar, trabajar o crear con la necesaria energía. Lo malo es el exceso de estrés o la falta de control sobre él.
Entre una alerta psicofísica y otra, la persona tendría condiciones de rehacerse de ese estado de extrema tensión orgánica y mental. Para ello, sería preciso que hubiese menor frecuencia del estado de tensión o, entonces, técnicas específicas para minimizar la fatiga generalizada allí resultante y que produce una reacción en cadena de efectos secundarios tales como infarto, presión alta, jaqueca, insomnio, depresión, nerviosismo, caída de productividad, caída de cabello, herpes, problemas digestivos, úlcera, gastritis, impotencia sexual, dolores en la espalda y el peor de todos los problemas de salud: ¡las cuentas del médico!
Basta reducir el estrés para amenizar también todos esos sus efectos, los cuales, de otra forma, difícilmente cederían a una solución definitiva. Serían medidas meramente paliativas o un enmascaramiento de los síntomas.
El DeRose Method posee en su acervo diversos recursos eficientes para reducir el estrés a niveles saludables. Tal opinión es compartida por un buen número de médicos que indican este método a sus pacientes estresados.
Por esa razón, son muchos los empresarios, ejecutivos, artistas y profesionales liberales que van a buscar, en el DeRose Method, la dosis extra de energía y dinamismo que necesitan, pero, al mismo tiempo, el control del estrés.
Noventa por ciento de las personas sienten los efectos de combate al estrés ya en la primera sesión de nuestro método. Nuestras técnicas y las actividades sociales estimulan la oxitocina, que es una hormona producida en el hipotálamo. Con su estimulación, los niveles de cortisol (hormona del estrés) disminuyen en el organismo.
Del pocket book Stress
Professor DeRose, Egrégora Books