Libro - Pensamientos Desvendados - DeRose

2 minutos de lectura - Publicado el 31 de mar 2024
DeROSE Method | Unidade Centro Cívico

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Libro - Pensamientos Desvelados - DeRose
Levadura biológica para que la vida crezca y se ponga esponjosa

Pienso, luego existo. Así fue como Descartes se refirió a la prerrogativa humana de pensar, en su El Discurso del Método, en 1637. Con esto, concluimos que ¡el Método se viene discutiendo desde, por lo menos, esa fecha!

Hay muchas formas de transmitir el DeRose Method: discurso técnico, filosófico, ético, conductual, cuentos, mensajes o mediante sutras, que son las máximas de este libro. A veces, una simple frase contiene en sí la síntesis de una compleja premisa o el impacto de una percepción capaz de cambiar su vida para siempre.

Los pensamientos de este libro son pequeñas semillas sobre las cuales usted puede meditar y, con eso, germinar conclusiones, descubrimientos, senderos por los cuales, quién sabe, conseguirá conducir su vida con más seguridad, éxito y armonía. Estas máximas pueden ser el camino de las piedras, por el cual usted conducirá su destino, equivocándose menos y acertando más; sufriendo menos y disfrutando más. Estos sutras proporcionan madurez, ponderación, comprensión, consuelo e incluso un cierto dominio sobre los hechos de la vida.

¡Disponible en nuestro sitio!

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No seas un insatisfecho

4 minutos de lectura - Publicado el 15 de jul 2022
Professor DeRose @ Learn DeROSE

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Medio siglo de vida me ha enseñado a aceptar un defecto del ser humano como algo incurable: su insatisfacción.

He dado la vuelta al mundo innumerables veces y he conocido a mucha, pero mucha gente de verdad. He trabado contacto íntimo con una infinidad de fraternidades iniciáticas, entidades culturales, asociaciones profesionales, academias deportivas, universidades, escuelas, empresas, federaciones, fundaciones... En todas ellas, sin excepción, había descontento.

En todos los agrupamientos humanos hay una fuerza de cohesión llamada egrégora. Por la ley de acción y reacción, toda fuerza tiende a generar una fuerza oponente. Por eso, en esos mismos agrupamientos surgen constantemente pequeños desencuentros que pasan a ganar contornos dramáticos por la refracción de una óptica egocéntrica que solo tiene en cuenta la satisfacción de las expectativas de un individuo aislado que analiza los hechos de acuerdo con sus propias conveniencias.
En otras palabras, si los hechos pudieran ser analizados sin la interferencia deletérea de los egos, se constataría que no hay nada de malo con esos hechos, a no ser una inestabilidad emocional. Inestabilidad esa que es congénita en todos los seres humanos. Una especie de error de proyecto original, que aún está en proceso de evolución. Al fin y al cabo, somos una especie extremadamente joven en comparación con las demás formas de vida en el planeta. Estamos en la infancia de nuestra evolución y, como tal, cometemos inapelablemente las inmadureces naturales de esa fase.

Observe que rarísimas son las personas que están satisfechas con sus mundos. En general, todos tienen reclamos de su trabajo, de sus subalternos y de sus superiores; de su remuneración y del reconocimiento por su trabajo; reclamos de sus padres, de sus hijos, de sus cónyuges, de su condominio, del gobierno de su país, de su estado, de su ciudad, de la policía, de la Justicia, del departamento de tránsito, de los impuestos, de los vecinos maleducados, de los conductores inhábiles, de los peatones indisciplinados... Cuántas cosas para reclamar, ¿no es así?

Si vamos por ese camino, concluiremos que el mundo no es un lugar bueno para vivir y seguiremos amargados y amargando a los demás. ¡O nos suicidaremos!

Ya en la antigüedad los hindúes observaron ese fenómeno de la endémica insatisfacción humana y enseñaron cómo solucionarla:
Si el suelo tiene espinas, no quieras cubrir el suelo con cuero. Cubre tus pies con calzado y camina sobre las espinas sin incomodarte con ellas.

O sea, la solución no es reclamar de las personas y de las circunstancias para intentar cambiarlas, sino educarse a sí mismo para adaptarse. La actitud correcta es dejar de querer infantilmente que las cosas se modifiquen para satisfacer a tu ego, sino modificarse a sí mismo para ajustarse a la realidad. Eso es madurez.

La otra actitud es neurótica, pues jamás podrás modificar personas o instituciones para que se ajusten a tus deseos. No seas un desajustado.

Entonces, vamos a parar con eso. Vamos a aceptar a las personas y a las cosas como son. Y vamos a tratar de que nos gusten. Vas a notar que ellas pasan a gustar mucho más de ti y que las situaciones que antes te parecían inamovibles, ahora se modifican espontáneamente, sin que tengas que cobrar eso de ellas. Experimenta. ¡Te va a gustar el resultado!

Del libro Cambia el mundo, empieza por ti,
Profesor DeRose, Egrégora Books

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“Así pierdes la razón”

3 minutos de lectura - Publicado el 2 de jun 2022
Professor DeRose @ Learn DeROSE

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¿Ya has escuchado esto? “Tienes razón, pero así pierdes la razón”. Frase comúnmente dicha a quien intenta defenderse o defender sus derechos con agresividad o grosería.

Con educación, todo se resuelve. Conversando con civilidad y cortesía, puedes conseguir negociaciones que, de otra forma, no tendrían solución. Cuando estés emocionalizado, no respondas nada. Mucho menos por escrito. Hay un circuito mal soldado en nuestro cerebro que nos lleva a ser más educados cuando conversamos “ojo a ojo” y a ser más toscos cuando escribimos. Yo también soy así. Entonces, evito responder por escrito en el momento en que la sangre está hirviendo. Cuando necesito escribir, no lo envío. Dejo que la cabeza se enfríe y al día siguiente releo lo que escribí. Siempre suavizo mi redacción. Si puedo, espero más. Si es posible, espero semanas o hasta meses, antes de enviar una respuesta dura. Con el paso del tiempo y a medida que releo, voy ablandando más el texto.

Hubo una carta en la que llamaba la atención de una supervisada antigua y muy amiga mía. Me tomó seis meses considerar que no había cómo atenuar más. El resultado fue excelente. Pero cuando yo era joven (léase inmaduro), solía responder en el calor de la emocionalidad. Con aquella actitud, nunca conseguí solucionar los problemas en cuestión y aún perdí buenas amistades. Es el precio que se paga por la inexperiencia.

Una vez, yo estaba haciendo musculación digital, cambiando los canales de la TV, como en general la minoría masculina suele hacer. Por casualidad, caí en un programa en que un exalumno mío, muy famoso, estaba siendo entrevistado por otra exalumna, no menos célebre. Me detuve para oírlos. La entrevistadora estaba siendo extremadamente ruda con el entrevistado. Algo tan absurdo, que no comprendo cómo el director del programa no le advirtió por el “punto” que queda en el oído. Pero el entrevistado no perdía la elegancia y respondía con toda la cortesía a cada grosería de la entrevistadora. Él subió mucho en mi concepto aquel día. Hasta que, mucho tiempo después, al final del diálogo, la entrevistadora dijo, con una voz dulce: “Pero, Paulo, ¿sabes que te quiero mucho, no es así?” ¡Listo! Él la había ablandado. Tal vez la había cautivado con sus buenas maneras.

Del libro Cambia el mundo, comienza por ti, Profesor DeRose, Egrégora Books.

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¿Quieres tener el control? Parte I

2 minutos de lectura - Publicado el 1 de abr 2022
Professor DeRose @ Learn DeROSE

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Todos queremos tener el control. Pues la forma más racional y que proporciona mejores resultados no es hacer juego duro o vomitar las emociones atropelladamente. Cuando usted comprende que “quien dice lo que quiere oye lo que no quiere”, sus palabras y acciones pasan a ser más inteligentes.
Imagine una enorme piedra, estable en la orilla de un despeñadero. La piedra es nuestro emocional. Mientras está allí, parada, nos da la impresión de que su estabilidad es perenne. Sin embargo, su posición es susceptible a rodar cuesta abajo.

Basta un pequeño toque, tal vez con la punta de su dedo índice, para hacerla perder la aparente estabilidad y descender destruyendo todo. Así es nuestro emocional. En un momento usted está feliz y alegre; en el momento siguiente – por una eventualidad cualquiera – usted se torna furioso o entristecido.
Sin embargo, si la piedra comienza a oscilar, en la posición en que se encuentra también basta un dedo del otro lado para evitar que se derrumbe. Es como funciona nuestro emocional.
Apenas un dedo es suficiente para evitar un desastre, desde que sea aplicado en la hora correcta, antes del desencadenamiento. ¿Se acuerda de la historia de Peter, el niño-héroe holandés? Él vio una grieta en el dique y colocó su dedito para evitar que la fuerza del agua aumentase el orificio y terminase por romper la barrera. Apenas un dedo, el dedo de un niño, fue suficiente para evitar una tragedia.
Si usted consigue detectar una amenaza de estallido de emocionalidad apenas un átomo antes que él se deflagre, será muy fácil evitar el berrinche, bastando colocar su dedo en la brecha de la represa.

Libro: Cambie el mundo, empiece por usted

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